Querido amigo que profesas ser Testigo de Jehová:
Gracias por pasar a distribuir tu literatura. En estos días en que se vive sin Dios, mucha gente cierra la puerta, para no oír sobre el tema. Pero me alegro de haberte conocido, y de que vinieras por aquí. Estoy interesado en las cosas espirituales, y en compartir las verdades bíblicas con otros.
¿Puedo compartir contigo, algunos aspectos importantes, que tienen que ver con la Biblia? Teniéndolos escritos, podrás considerarlos detenidamente, y confío que también objetivamente.
Es encomiable vuestro interés por las cosas de Dios, y vuestra ética frente a un mundo inmoral. También tú y yo, tenemos varias cosas en común. Comparto contigo la inquietud por la creciente apostasía dentro del cristianismo; al igual que vuestro rechazo de la teoría de la evolución.
Más bien que discutir sobre diferentes enseñanzas, me gustaría sugerir que quizá el asunto más importante sobre el cual se puede hablar es Cristo. Tú y yo creemos que Jesucristo fue un hombre perfecto, y que él es una persona diferente de Dios el Padre. De todos modos, vosotros enseñáis que antes de su vida terrena, Cristo era una criatura celestial. Y que esta criatura era el arcángel “Miguel”, el cual fue creado por Dios, y al bautizarse se convirtió en el Mesías. Según la bien conocida publicación de los Testigos de Jehová “Sea Dios veraz” (pag.33), Jesús es alguien poderoso, aunque no tan poderoso como lo es Jehová Dios.
Según Juan 1:1, en vuestra traducción, la “Traducción del Nuevo Mundo”, Cristo es un “dios”, pero no “el Dios”. En otras palabras, vosotros enseñáis que Cristo estuvo, está y estará por siempre por debajo de Jehová. También decís que Cristo y Jehová no son iguales o coiguales (La Atalaya, a 15 de Abril de 1957).
¿Apoya la Biblia estas afirmaciones, o acaso enseña que Cristo es Dios? Esta es una cuestión extremadamente importante, y por ello, me gustaría exponer los siguientes puntos para que los consideres con cuidado y meditación, y en oración delante de Dios, fuera de prejuicios humanos.
1. Varios versículos bíblicos específicamente afirman la Deidad de Cristo. En Mateo 1:23, Cristo es llamado “EMANUEL”, que significa: “DIOS CON NOSOTROS”. Cuando Tomás tocó las heridas del Señor resucitado, exclamó: “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28). No hay base alguna para decir como dicen algunos Testigos de Jehová, que Tomás, se estaba refiriendo a Cristo cuando dijo “Mi Señor”, pero que cuando estaba diciendo “Mi Dios”, se refería a Dios el Padre. Lo evidente es que Tomás llamó ambas cosas, “su Señor y su Dios”, y que ¡Cristo no le corrigió la afirmación!
Colosenses 2:9 claramente confirma la Deidad de Cristo, cuando afirma que en Él, “mora corporalmente toda la plenitud de la cualidad divina” (Traducción del Nuevo Mundo).
Esteban llamó a Jesús “Señor” (Hechos 7:59,60), y nosotros tenemos que confesar a Jesús, como Señor (Rom.10:9; 1 Cor.12:3). “Señor”, en estos versículos es “KURIOS”, que es la palabra griego para Jehová en la versión griega del Antiguo Testamento. ¿No es bastante evidente en todo esto que Cristo el Señor (Kurios) es Jehová Dios?
2. Varios versículos muestran que el Cristo del Nuevo Testamento es el Jehová del A.T. Por ejemplo, Isaías escribió acerca de Jehová en Is.6:1-10; y Juan en Jn.12:31-42 dice que Isaías vio la gloria de Jesús, y habló de Él.
En Ex.34:14 está claro que no hemos de adorar a persona alguna excepto a Jehová. Pero en Hebreos 1:6, los ángeles adoran a Cristo. En Is.44:6 Jehová es llamado “el primero y el “último”; pero en Revelación 22:13 Cristo es llamado el primero y el último. Dado que no puede haber dos primeros, ni dos últimos, ¿no está claro que Jehová y Cristo, deben ambos ser Dios? Esto muestra que Jehová, no se usa solo en relación a Dios el Padre, sino también con respecto a Dios el Hijo. Aunque son personas distintas, ambos son llamados “Jehová”, porque ambos poseen Deidad.
3. Los atributos de Cristo, prueban que Él es Dios. Jesucristo conoce todas las cosas (Jn.1:48; 2:25; 6:64; 16:30; 21:17). Él es eterno (Miq.5:2). Es Todopoderoso (Mat.28:18; Heb.1:3). Es sin pecado (Jn.8:46). También es inmutable (Heb.13:8). Dado que solo Dios posee estos atributos esto indica sin lugar a dudas que Cristo es Dios.
4. Determinadas obras de Cristo muestran que Él es Dios. Jesucristo tiene poder para perdonar los pecados (Mr.2:5-7; Ef.1:7). Controla la naturaleza (Mat.8:26). Da vida eterna (Jn.10:28; 17:2), y juzga al mundo (Jn.5:22,27). Es el Creador de todas las cosas (Jn.1:3; Col.1:15-17; Cristo no fue un mero ayudante como argumentáis – según Is.44:24 y Job 9:8, solo Dios creó todas las cosas sin ayuda de nadie). Si pues solo Dios puede hacer estas cosas, ¿no se sigue entonces que Cristo es Dios?
5. Cristo recibió adoración. Cristo es adorado por los ángeles (Heb.1:6), y por el hombre (Mat.14:33); y, sin embargo, solo Jehová debe ser adorado (Ex.34:14). Cristo mismo dijo que solo a Dios se debía adorar (Mat.4:10) y, sin embargo, Él mismo aceptó la adoración.
Si Cristo en su estado de preexistencia fuese el arcángel Miguel, ¿cómo podría Él, haber recibido adoración, dado que a los ángeles no les es permitido ser adorados (Rev.19:10; 22:8,9)? Si Cristo no fuese Dios, entonces la adoración hacia Él, sería idolatría. Pero, ¿qué hay acerca de Jn.1:1? Vosotros decís: “Cristo la Palabra, es un dios, según Juan 1:1, en la traducción vuestra del Nuevo Mundo”. Vuestros traductores dicen que la d minúscula (dios, y no Dios) es la correcta, porque la palabra griega para Dios (ZEOS) no está precedida por un artículo definido, “el” (JO).
Estáis en lo cierto al decir que en Jn.1:1, la palabra griega para Dios no está precedida por un artículo definido. Sin embargo, eruditos del griego de primera talla, están de acuerdo, en que ello no significa que dicha palabra deba traducirse dios con minúscula. El artículo definido o determinado, se omite a causa de una determinada regla técnica en la gramática griega: “Un predicado nominativo definido que precede al verbo, no lleva artículo definido”. El orden de las palabras griegas en la última cláusula de Juan 1:1 es “Dios era La Palabra” (ZEOS EN JO LOGOS).
El sujeto de la frase es “La Palabra”, el verbo es “era” o “estaba”, y el predicado nominal es “Dios”. Usualmente el predicado nominal sigue al verbo pero en este caso lo precede; y dado que precede al verbo, no necesita artículo definido.
Cuando un escritor griego quería acentuar la cualidad de la persona o cosa que estaba en el caso del predicado nominal, ponía dicha cualidad delante del verbo y no después de éste. Esto es exactamente lo que Juan hizo para acentuar el hecho de que La Palabra (Cristo) posee las cualidades de la Deidad. Este principio básico de la gramática griega, por tanto, corrobora la Deidad de Cristo, y no da lugar a que se pueda traducir de otro modo. Así pues, no es correcta la Traducción del Nuevo Mundo, que dice: “El verbo era un dios”. Lo que Juan intentaba decir era básicamente esto: “La Palabra era plenamente Dios”.
También me gustaría señalar que vuestra traducción del Nuevo Mundo no sigue siempre la regla de poner d minúscula cuando falta el artículo determinado. Por ejemplo, en Juan 1:6,12,13, la palabra “Dios” no tiene el artículo en el griego, pero tiene una D mayúscula en vuestra traducción. Es correcto usar la mayúscula en esos versículos pero es inconsistente con la traducción del Nuevo Mundo en Juan 1:1, donde por la misma lógica y correcta gramática, debería por igual escribirse “Dios”, con mayúscula.
Puede que también estés interesado en notar que en Juan 13:3, la palabra Dios, ocurre dos veces, y cada vez con D mayúscula. Pero en el griego, la primera vez que aparece esta palabra no lleva el artículo definido y, sin embargo, la segunda vez que aparece, sí lo lleva. Dado que ambas obviamente se refieren a la misma persona (Dios el Padre), sería de nuevo erróneo asumir que la mencionada regla de la d minúscula, en ausencia del artículo definido, tenga validez alguna dentro de la gramática griega.
Otra observación es que sin el artículo, ZEOS, significa esencia divina, mientras que con el artículo, ZEOS, significa personalidad divina (ver Dana y Mantely; un manual de gramática griega del N.T. pág. 139). También ZEOS es un nombre definido y, por tanto, no puede llevar un artículo indefinido como es “un”.
Es importante tener en cuenta que cuando Juan 1:1 afirma que “El Verbo era Dios”, ello no significa que Jesús “es Dios el Padre”, ni que Jesús “es la Trinidad”. El folleto de los Testigos de Jehová llamado “El Verbo, ¿Quién es según Juan?” (pág.6), trata de sugerir de un modo erróneo que esto es, lo que quiere decir los no Testigos de Jehová cuando traducen “La Palabra era Dios”. ¡Pero no es así en absoluto! Como ya se ha mostrado, esta cláusula acentúa la cualidad divina de la Palabra. Juan nos está diciendo que en el principio la Palabra existía, que estaba con Dios el Padre, y que poseía plena Deidad.
También deberías saber que existen versículos que se refieren claramente a Cristo donde la palabra “Dios” tiene el artículo definido “el” (en griego JÓ), mostrando así, que Cristo es “el Dios”, que es “Jehová” (Mat.1:23; aquí se afirma que Cristo es “Emanuel”, que en griego se traduce como “Dios con nosotros”. Jesús es, por tanto, Jehová Dios).
Decís que Cristo es “un dios” según la traducción del Nuevo Mundo en Juan 1:1 (uno que fue creado por Jehová). ¿Cómo podría Cristo ser “un dios”, cuando en Isaías 43:10 Jehová dice que no hay Dios antes que él, o después de él? Ningún dios sería jamás creado por Jehová, porque como él mismo afirmó: “Antes de mí no fue formado Dios alguno, y después de mí, continuó sin que lo hubiese” (Traducción del Nuevo Mundo).
Juan 1:1 afirma que la Palabra (Cristo) estaba con Dios; sin embargo, en Deuteronomio 32:39 Jehová afirma: “y no hay dioses junto conmigo” (T.N.M.). Si Cristo no es Dios, sino “un dios”, entonces Deuteronomio 32:39 se contradice.
Estoy seguro que sabes bien que en Isaías 9:6 se llama a Cristo “El Dios Poderoso”. Sin duda tú, al igual que otros Testigos de Jehová, tenéis preparada una respuesta para este versículo. Vosotros explicáis que Cristo es “el dios Poderoso”, pero no el “Todopoderoso”. Sin embargo, en Jeremías 32:18, se muestra que Jehová es el “Poderoso” (ver también Is.10:21). Por tanto, dado que Cristo es Poderoso Dios (Is.9:6), y Jehová, es el Poderoso Dios (Jer.32:18), ambos son Dios; ambos poseen plena Deidad. Si esto no fuese así habría una contradicción con Is.44:8 donde se nos dice que Jehová no conoce a ningún Fuerte o Poderoso, que no hay ninguno. De hecho, la palabra DIOS, en hebreo, el Dios que ya aparece revelado en Génesis 1:1, significa el Dios Fuerte.
¿Qué hay acerca de Colosenses 1:15-17? Los Testigos de Jehová dice que este pasaje apoya la idea de que Cristo fue creado por Jehová (ejemplo, “sea Dios veraz”, pág.35). Esto se basa principalmente en las palabras: “El primogénito de toda la creación”, según el versículo 15. De cualquier manera, si este versículo estuviera enseñando que Jesucristo es el primer ser creado hecho por Jehová, la palabra “Primer-creado” habría sido usada refiriéndose a Cristo, y no la palabra “Primogénito”. Estas son dos palabras diferentes en el griego, con dos significados diferentes. “Primer-creado”, es “PROTOKTISTOS”, y “Primogénito” es “PROTOTOKOS”.
Colosenses 1:15 no usa la palabra “Protoktistos” (Primer-creado), sino que usa “Prototokos” (Primogénito). Esta última palabra, significa “un Heredero”, alguien que es único, el primero en Rango. La enseñanza de Colosenses 1:15, entonces, es que Cristo es el primero en Rango, por encima de toda la creación. Él es el Heredero de todas las cosas; él es anterior a toda creación y superior a ella como Señor.
Vuestra traducción del Nuevo Mundo, añade la palabra “otras” cuatro veces en Col.1:15?17, de modo que el pasaje afirma que Cristo creó “todas las otras cosas”, que supone todas las cosas excepto a él mismo. Sin embargo, no hay base alguna para añadir la palabra “otras”; esto no existe en los manuscritos griegos. Los traductores del Nuevo Mundo admiten esto, poniendo la palabra “otras” entre paréntesis. Obviamente, esto se ha hecho para que encaje con el supuesto de que “Primer-nacido”, significa “Primer-creado”. Pero como hemos visto, este no es el significado de “Primer-nacido”, y por tanto también es erróneo añadir la palabra “otras”. ¡No hay ni un solo versículo en toda la Biblia que afirma que Cristo fuese creado por Jehová!
Algunos podrían cuestionarse acerca de Revelación 3:14. Este pasaje, erróneamente traducido en la versión del Nuevo Mundo: “El principio de la Creación de Dios”, debería traducirse como “La fuente (u origen) de la Creación de Dios”. La palabra griega para fuente u origen, es ARCHE. Esto concuerda con las afirmaciones en Colosenses 1:16, y Juan 1:3, que dicen que todas las cosas fueron hechas por, o tuvieron su fuente u origen en Jesucristo. También puede significar “autoridad” o “magistrado” (ver Lc.12:11 donde la palabra es ARCHE es traducida “magistrado” o “autoridad” o “gobernante” (Lc.12.11; Hech.16:17; Tit.3:1) y Cristo es la Autoridad Creadora Si, pues, todas las cosas fueron hechas por Jesucristo (Juan 1:3), y todas las cosas fueron hechas por Jehová (Heb.3:4), ambas personas poseyendo este poder Omnipotente creativo, son Dios, con Deidad plena.
¿Qué hay acerca de Filipenses 2:6? La traducción del Nuevo Mundo, dice que Cristo no existía como igual con Dios, y que ni siquiera pretendía serlo: “Quien aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a un arrebatamiento, a saber, que debiera ser igual a Dios”. Esta es una pobre traducción del griego. La versión (por cierta una entre muchas) Phillips, da una mucho mejor traducción del griego: “Él, quien siempre había sido Dios por naturaleza, no se aferró a sus prerrogativas como igual a Dios”. La versión americana New Standard, dice así: “Quien aunque existía en la forma de Dios, no consideró su igualdad con Dios, como algo a lo que debiera aferrarse”. La Biblia Viviente, pone el significado en estas palabras: “Quien aunque era Dios, no demandó ni se ciñó a sus derechos como Dios”.
Es importante recordar que Filipenses 2:5-8 está disertando sobre la Encarnación de Cristo, el hecho de haber abandonado su gloria en el cielo, y el haber venido a la tierra. Al establecer que él no se aferró a sus prerrogativas y derechos como Dios, Filipenses 2:5, está diciendo, que él voluntariamente vino a la tierra. También es importante no pasar por alto la primera parte de este versículo. “Él existía en la forma de Dios”. La palabra “forma” significa atributos esenciales. Dado que Cristo estaba en la forma de Dios, esto es, en posesión de atributos de Deidad, es erróneo pensar que Él no deseaba ser igual a Dios. ¡EL YA ERA (Y ES) DIOS! El apartado de que su ser igual a Dios era algo a lo cual tenía él que aferrarse se excluye por el hecho de que él ya existía en la forma de Dios. Cuando entendemos este pasaje, esto arroja luz sobre pasajes en los cuales Cristo, teniendo una naturaleza humana, aunque también siendo Dios, parece estar limitado. Por ejemplo, “El Padre mayor es que yo” (Juan 14:28; por cierto, este pasaje no dice que Jesús no es Dios, o sea diferente a Dios. En Gen.41:39 dice que Faraón era mayor que José, en oficio, no en naturaleza – la cual era la misma); y otras afirmaciones semejantes.
¿Qué sucede por igual con Juan 10:30? Asumo que tú, al igual que otros Testigos de Jehová, creéis que este versículos: “Yo y el Padre uno somos”, significa que Cristo era uno con Dios el Padre, en propósito y no en naturaleza y esencia. Sin embargo, si eso fuese todo lo que Cristo está diciendo... ¿por qué, pues, querían los judíos apedrearle? Ellos pensaron para sí mismos que su propósito era idéntico al de Dios. El versículo 32 de Juan cap.10 explica que ellos querían apedrearle a causa de su blasfemia... ¡Porque proclamaba ser Dios! La traducción del Nuevo Mundo usa las palabras “un dios”, pero como se explicó antes, ZEOS es un nombre definido, y sin el artículo denota esencia divina.
Como revela Juan 5:18, el hecho de que Cristo llamase a Dios su Padre, significaba para los judíos que él se estaba haciendo a sí mismo igual a Dios. He empleado mucho tiempo hablando sobre la Deidad de Cristo porque este es un punto central de la Escritura. Dios en persona vino a salvar a los hombres de sus pecados. La Biblia enseña que hemos de volvernos a Cristo, lo mismo que a Jehová Dios, para ser salvos. El perdón de pecados viene por:
Reconocer que eres un pecador que necesita de la gracia de Dios (Rom.3:10,23; Jer.17:9; Ecl.7:20; Ef.2:1,2; 1 Jn.1:8).
Dándote cuenta de que Cristo Jesús vino a la tierra con el explícito propósito de morir por los pecadores, tomando su lugar en la cruz en sustitución por ellos (Is.53:6; 1 P.2:24; 3:18), llevando sobre sí mismo el castigo por sus pecados.
Recibir a Jesucristo dentro de tu corazón como tu Salvador (Hech.16:30; Hch.16:31; Jn.1:12; 3:16,36; 5:24; 6:47; Hch.4:12; Rom.10:13).
Cristo vino a hacer algo más que simplemente propiciar, pagar por el pecado de Adán y restaurar “la vida humana perfecta con sus derechos y expectativas terrenas” (Sea Dios Veraz, pág.96). Él vino a perdonar pecados (Ef.1:7); a dar vida eterna (Jn.10:28; 17:2); a justificarnos (declararnos justos) mediante su gracia (Rom.3:24); a morir por nuestros pecados (1 Ped.2:24; 3:18; Rom.5:6,8); a reconciliarnos consigo mismo (quitar la enemistad entre el hombre y Dios) (Rom.5:10); a redimirnos (rescatarnos, comprarnos) del castigo y el poder del pecado (Gal.4:4,5; Ef.1:7), y a hacernos hijos de Dios (Jn.1:12).
El perdón de pecados no se otorga por intentar superar la prueba en la que Adán cayó, o por mantener la “integridad” (tal y como lo afirma La Atalaya, en su publicación del 15 de agosta de 1956). Mediante el intento de mantener la integridad, o mediante las obras de la Ley... “ninguna carne será declarada justa ante Él” (Rom.3:20; Traducción del Nuevo Mundo). ¿Cómo puede pues un hombre pecador aparecer como justo ante los ojos de Dios? Las Escrituras dicen que: “y es como don gratuito que por su bondad inmerecida, se les está declarando justos mediante la liberación por el rescate (pagado) por Cristo Jesús. Dios lo presentó como ofrenda para propiciación por medio de Fe en su sangre” (Traducción del Nuevo Mundo; Rom.3:24,25).
Sobre la base de la Propiciación de Cristo podemos ser perdonados de todos nuestros pecados y ser declarados Justos en Cristo. “Por medio de Él, tenemos la liberación por rescate, mediante la sangre de ése, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su bondad inmerecida” (Traducción del Nuevo Mundo; Ef.1:7).
Sé sincero y hazte esta pregunta: ¿Tienes vida eterna? ¿Sabes que tienes vida eterna?
“Muy verdaderamente les digo: El que cree tiene vida eterna” (Jn.6:49, Traducción del Nuevo Mundo; por cierto, en griego dice “El que cree en mí tiene vida eterna”. Y en Jn.5:13 dice: “Les escribo estas cosas para que sepan que tienen vida eterna, ustedes los que ponen su fe en el nombre del Hijo de Dios” (T.N.M.). Si uno cree, tiene (presente) vida eterna; y las Escrituras se han escrito para que creyendo, sepamos que tenemos (presente) vida eterna. En otras palabras, si lo que te enseñan a creer en la Sociedad de la Atalaya no da como resultado que hoy puedas decir que tienes vida eterna en Cristo, y sabes que tienes esa vida eterna, te están enseñando algo que no es bíblico. ¿Y sabes la razón? Según 1 Jn.5:20, porque no estás en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. “Este (es decir, el Hijo) es el verdadero Dios, y la vida eterna”, y según 1 Jn.1:2 Jesucristo es la vida eterna”.
Tú puedes tener perdón de tus pecados y ser perfectamente Justo a los ojos de Dios, aceptando la Propiciación de Cristo, su obra por ti, y así ser tu sustituto en la Cruz del Calvario y, por tanto, el perdón viene al aceptarle como tu Salvador personal. Aunque eres un pecador que ha sido apartado de la Gloria de Dios (Rom.3:23), puedes ser perdonado de tus pecados y ser declarado Justo en Cristo, poniendo tu Fe (Confianza) en Él. Millones quienes han hecho esto a través de los siglos han experimentado un cambio milagroso en su corazón y en su vida, tal y como Él lo prometió; ¿Volverás a Cristo ahora, pidiéndole que perdone tus pecados, y sea tu Salvador?
Escrito por Angel Alvarez
Iglesia Cristiana Presbiteriana