lunes, 28 de diciembre de 2009

NAVIDAD PROHIBIDA

Durante la Reforma protestante, la celebración del nacimiento de Cristo fue prohibida por algunas iglesias protestantes, llamándola "Trampas de los papistas" y hasta "Garras de la bestia", debido a su relación con el catolicismo y el paganismo antiguo. Después de la victoria parlamentaria contra el Rey Carlos I durante la Guerra civil inglesa en 1647, los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad. El pueblo se rebeló realizando varios motines hasta tomar ciudades importantes como Canterbury, donde decoraban las puertas con eslóganes que hablaban de la santidad de la fiesta. La Restauración de 1660 puso fin a la prohibición, pero muchos de los miembros del clero reformista, no conformes, rechazaban las Celebraciones Navideñas, utilizando argumentos puritanos.

En la América colonial, los Puritanos de Nueva Inglaterra rechazaron la Navidad, y su celebración fue declarada ilegal en Boston de 1659 a 1681. Al mismo tiempo, los cristianos residentes de Virginia y Nueva York siguieron las celebraciones libremente. La Navidad cayó en desagrado de los Estados Unidos después de la Revolución Americana, cuando se estimó que era una costumbre inglesa.

En la década de 1820, las tensiones sectarias en Inglaterra se habían aliviado y algunos escritores británicos comenzaron a preocuparse, pues la Navidad estaba en vías de desaparición. Dado que imaginaban la Navidad como un tiempo de celebración sincero, hicieron esfuerzos para revivir la fiesta. El libro de Charles Dickens Un cuento de Navidad, publicado en 1843, desempeñó un importante papel en la reinvención de la fiesta de Navidad, haciendo hincapié en la familia, la buena voluntad, la compasión y la celebración familiar.

La Navidad fue declarada día feriado federal de los Estados Unidos en 1870, en ley firmada por el Presidente Ulysses S. Grant, pero aún es una fiesta muy discutida por los distintos líderes puritanos de la nación.

En la actualidad, "Los Testigos de Jehová" no celebran la Navidad por considerarla una festividad pagana, además rechazan que sea el 25 de diciembre la verdadera fecha del nacimiento de Cristo Jesús porque en 'el calendario judío, el mes que cae entre noviembre y diciembre es el mes llamado kislev', que "es frío y lluvioso. Luego viene tebet, entre diciembre y enero, que es el mes con las temperaturas más bajas del año e incluso algunas nevadas en las zonas altas". Haciendo referencia al Evangelio de Lucas 2:8-12 dicen que cuando nació Jesús, había pastores en los campos pasando la noche al aire libre con sus rebaños, algo que no sería posible si fuese invierno.

¿CÓMO NOS LLEGÓ LA NAVIDAD?

Formación de la Navidad como fiesta de diciembre
Según la Enciclopedia Católica, la Navidad no está incluida en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni en la lista de Tertuliano acerca del mismo tema, las cuales son las listas más antiguas que se conocen. La evidencia más temprana de la preocupación por la fecha de la Navidad se encuentra en Alejandría, cerca del año 200 de nuestra era, cuando Clemente de Alejandría indica que ciertos teólogos egipcios “muy curiosos” asignan no sólo el año sino también el día real del nacimiento de Cristo como 25 pashons copto (20 de mayo) en el vigésimo octavo año de Augusto. Desde 221, en la obra Chronographiai, Sexto Julio Africano popularizó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. Para la época del Concilio de Nicea I en 325, la Iglesia Alejandrina ya había fijado el Díes nativitatis et epifaníae.

El papa Julio I pidió en 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado el 25 de diciembre, lo cual fue decretado por el papa Liberio en 354. La primera mención de un banquete de Navidad en tal fecha en Constantinopla, data de 379, bajo Gregorio Nacianceno. La fiesta fue introducida en Antioquía hacia 380. En Jerusalén, Egeria, en el siglo IV, atestiguó el banquete de la presentación, cuarenta días después del 6 de enero, el 15 de febrero, que debe haber sido la fecha de celebración del nacimiento. El banquete de diciembre alcanzó Egipto en el siglo V.

Adopción de la fecha de Navidad como 25 de diciembre

Un árbol de Navidad.En Antioquía, probablemente en 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre,[1] aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes.

En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.

Algunos mantienen que el 25 de diciembre fue adoptado solamente en el siglo cuarto como día de fiesta cristiano después de que el emperador romano Constantino I el Grande se convirtió al cristianismo para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en cristianos. La lectura atenta de expedientes históricos indica que la primera mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San Gregorio Nacianceno. En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona un documento aproximadamente del año 350, pero sin ninguna mención de la sanción por el emperador Constantino.

Los primeros cristianos celebraban principalmente la Epifanía, cuando los Reyes Magos visitaron al Niño Jesús. (Esto todavía se celebra en Argentina, Armenia, España, Perú, Paraguay, Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia, Uruguay, Venezuela y Chile). Para las Iglesias Orientales la Epifanía es más importante que la Natividad, ya que es ese día cuando se da a conocer al mundo, en la persona de los extranjeros.

Algunas tradiciones de la Navidad, particularmente las de Escandinavia, tienen su origen en la celebración germánica de Yule, como son el árbol de Navidad. Allí la Navidad se conoce como Yule (o jul).

miércoles, 23 de diciembre de 2009

¿QUÉ ES LA NAVIDAD?

Autor: Sergio A. Perelli

La semana previa a la Navidad del año 2009, mientras preparaba un café; mis oídos no dejaron escapar una conversación que se estaba desarrollando en un programa de televisión que mi hijo menor estaba viendo.

Entonces, decidí pasar a la habitación en donde se encontraba Giovanni y la escena de la serie televisiva secular presentaba a un padre que tenía a sus hijos reunidos alrededor de la mesa familiar y a los cuales les hacía la siguiente pregunta: ¿qué es la Navidad para Ustedes?

El mayor de los hijos tomando la iniciativa respondió: “Papá, si le hicieras la misma pregunta a 100 personas tendrías 100 respuestas diferentes”.

¿Será que si yo les pregunto a 100 personas que pudiera encontrar participando de una carrera de ratas para comprar regalos en un centro comercial qué es la Navidad para ellos; obtendría 100 respuestas diferentes?

Tengo que confesar que me siento inclinado a estar de acuerdo con el enunciado que salió de los labios del joven actor porque en la misma semana había escuchado algo similar en un programa de radio secular con el agregado de que muchos llegaron a la conclusión de que: “La Navidad puede tener muchos significados…es un tiempo de familia, de dulces, de regalos, de fiestas, de amigos, de solidaridad, de ocio, de compras, de cenas, de nieve, etcétera.”

¿Será que en el etcétera están incluidas las borracheras y todas las obras de la carne?

¿Será que en el etcétera está incluido Papá Noel?

O ¿será que en el etcétera alguien pensó en el nombre de JESUS?

No me extraña que en el mundo en que vivimos los nombres de los personajes de Papá Noel, de Santa Claus, de San Nicolás, del Colacho o del Viejito Pascuero, hayan reemplazado el nombre de JESUS; pero el temor más grande que tengo es que en la Navidad, JESUS tampoco sea el invitado de honor en los hogares de familias que dicen profesar el Cristianismo, pero que EMANUEL en un etcétera de la celebración.

Yo aproveché la oportunidad para preguntarle a mi hijo: ¿qué es la Navidad para ti?

Su respuesta fue: “En la Navidad celebramos el nacimiento de Jesús, que vino al mundo para morir por nuestros pecados en la Cruz”.

Si Pablo hubiera estado examinando a Giovanni como su discípulo, le hubiera dado un 10 o una A como calificación a su respuesta.

¿No fue el mismo apóstol que escribió: “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que CRISTO JESUS VINO AL MUNDO PARA SALVAR A LOS PECADORES, DE LOS CUALES YO SOY EL PRIMERO?”. (1 Timoteo 1:15)

Cuando el ángel del Señor se le apareció en sueños a José para anunciarle que María daría a luz un niño le dijo: “Llamarás su nombre JESUS, porque EL SALVARA A SU PUEBLO DE SUS PECADOS”.

No existe otra razón válida para celebrar la Navidad de que “CRISTO VINO AL MUNDO A SALVAR A SERGIO” y esto es lo que debería significar la Navidad también para Usted.

Gracia y Paz

Sergio

“Amigo de Jesús”